El 13 de mayo de 2013 fui designado director de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas. Un verdadero honor para mí, ya que llevaba en la “casa” casi 25 años en diferentes puestos. Al mismo tiempo, me enfrentaba a una situación totalmente nueva. Hasta entonces, siempre estuve inmerso en los laboratorios, el contacto estrecho con las empresas y también la docencia. En el Consejo Rector del 14 de septiembre de 2023 comuniqué mi decisión de cesar en el cargo como director de la asociación. En ese mismo Consejo se diseñó un cambio tranquilo y continuista, con un periodo de transición de 4 meses, acordando que, a partir de enero de 2024, fuera Yolanda Reig Otero, en ese momento secretaria del Consejo Rector, una persona también de la “casa”, fuera quien tomara los mandos.
Cuando llegué a la Dirección en 2013 la situación de nuestro centro, como la de las empresas de nuestro sector, era muy difícil. Una crisis económica mundial, provocada fundamentalmente por una burbuja inmobiliaria, había abocado al sector a una situación turbulenta, con cierre de empresas y destrucción de puestos de trabajo. Nuestra situación no era mucho mejor: perdimos en 3 años el 40% de la plantilla, pasando de 140 a 85 personas, la actividad se desplomaba, y el sector público también.
Afortunadamente estaba rodeado de un gran equipo de personas: remamos todos a una (Consejo Rector, dirección y plantilla), hicimos toda clase de esfuerzos y nos apretamos mucho, mucho, el cinturón. De ese modo, pudimos salir adelante. Actualmente contamos con una plantilla de más de 130 personas, la institución está saneada, no tenemos deudas, nuestros proyectos y actividades han crecido en el último año hasta alcanzar el máximo histórico de la Asociación, con unos ingresos por actividad en 2023 de casi de 8,5 millones de euros.
En estos 10 años, la actividad ha sido frenética. En 2019 abrimos una nueva sede en Almassora, donde trabajan actualmente 45 personas, que ampliamos en 2022 con una planta piloto. En 2020, junto con la UJI, arrancamos un Máster en Tecnología Cerámica. Nos hemos incorporado al proyecto REDIT Ventures, a través del mismo hemos generado una spin-off, denominada TEKINN y también hemos actualizado y reformado los estatutos de la asociación.
En este momento lo que más me preocupa es la situación de las empresas cerámicas, que están sufriendo un huracán en todos sus frentes: crisis de demanda, incremento de los costes, deslocalización, descarbonización, etc. Siempre estaremos al lado de nuestro sector cerámico, como parte del clúster; de hecho, cuando las empresas sufren, nosotros, tarde o temprano, sufrimos también. En este sentido, el apoyo de todas las administraciones públicas debe ser firme y decidido por la I+D+i, tanto para las empresas como para los Centros Tecnológicos, incluso creciente en periodos de crisis. Sin innovación no hay solución. Numerosos estudios demuestran que aquellos países que mayor porcentaje de su PIB invierten en innovación, de manera clara, sostenida y sin dudas, salen antes de las crisis económicas.
No puedo dejar de agradecer a todos los miembros de los diferentes Consejos Rectores de los últimos 10 años, por la confianza depositada en mí y su apoyo, al igual que al equipo directivo (Eliseo Monfort, Arnaldo Moreno, Yolanda Reig, Javier García-Ten y Gonzalo Silva), a los presidentes (Antonio Blasco, José Castellano, Joaquín Font de Mora y Juan Vicente Bono) y a la Universitat Jaume I. También a REDIT, a las asociaciones empresariales, a las empresas con las que colaboramos estrechamente, a la administración pública que ha impulsado nuestros proyectos de I+D+i, especialmente al IVACE+i, y cómo no, a toda la plantilla del ITC. Sin todas esas personas y su fuerza de voluntad, su talento, creatividad, ingenio, bondad y sentido del humor aun cuando las cosas no fueran lo bien que querríamos, habría sido prácticamente misión imposible llevar a cabo este desempeño. Gracias también a las personas que habéis estado y ya no estáis… Gracias por haber estado ahí, como digo: “pico-pala, pico-pala”, para lograr salir de las crisis y mantenernos a flote con cierta estabilidad. En suma, y como no quiero dejarme a nadie, UN FUERTE ABRAZO a todas las personas que habéis contribuido al desarrollo de este ilusionante proyecto, porque al final, lo importante, son las personas.